En algunas discusiones con terapeutas de orientación gestáltica (que tampoco pueden ser representativos de todos los profesionales de esta corriente), he notado ciertos puntos de fricción que me llevan a reflexionar sobre los riesgos de ciertas posturas dentro del ámbito terapéutico.
Uno de los ejes centrales del debate ha sido la noción de responsabilidad personal. En varias ocasiones, me he encontrado con afirmaciones del tipo “todo lo que te sucede es tu responsabilidad”, una idea que, aunque en principio busca empoderar, puede derivar en una visión que ignora la complejidad de la realidad. Recuerdo un caso en el que un terapeuta sostenía que una persona que sufre acoso laboral debía "mirar en su interior" para ver qué estaba proyectando y cómo estaba atrayendo esa situación. Si bien el trabajo introspectivo siempre es valioso, reducir la dinámica del acoso a una mera cuestión de responsabilidad personal sin atender a los factores contextuales y de poder es una forma de culpabilización disfrazada de autoconocimiento.
Crítica y dogmatismo: cuando cuestionar se convierte en un problema
Otro punto de fricción ha sido la resistencia a la crítica. Cuando he cuestionado algunas ideas dentro de la terapia gestáltica, como la falta de evidencia en ciertas prácticas o el riesgo de interpretaciones excesivamente subjetivas, la respuesta muchas veces ha sido que criticar es “hablar mal” o que “cada persona encuentra lo que necesita”. Sin embargo, esta postura evita un debate genuino. Si realmente queremos construir enfoques terapéuticos sólidos, debemos estar abiertos a cuestionar métodos y a reconocer que no todo funciona igual para todos. Paradójicamente, algunos de estos terapeutas que rechazaban la crítica a sus enfoques no dudaban en cuestionar abiertamente la psicología basada en evidencia por considerarla “fría” o “limitada”.
Y es una pena este rechazo al debate en sí mismo. En varias ocasiones, cuando el diálogo se volvía desafiante, la respuesta era un cierre abrupto del tipo “yo no necesito discutir esto”. Y aunque, por supuesto, cada quien decide en qué conversaciones quiere participar, muchas veces este rechazo no es una cuestión de límites personales, sino una forma de evitar la incomodidad de que nuestras creencias sean cuestionadas. Pero el pensamiento crítico requiere tolerar esa incomodidad, sostener la incertidumbre y, en ocasiones, aceptar que podemos estar equivocados.
El error de confundir lo holístico con lo difuso
También me he encontrado con una confusión entre lo holístico y el rechazo al análisis detallado. En una conversación, un terapeuta defendía que la identidad y el bienestar de una persona debían abordarse únicamente desde su experiencia presente, sin necesidad de analizar dimensiones específicas como su historia personal, sus patrones de pensamiento o la influencia de su entorno. Sin embargo, cualquier enfoque integrador necesita reconocer las partes para entender el conjunto. No podemos hacer una sinfonía sin conocer las notas individuales. Identificar cómo interactúan elementos como la biografía, la regulación emocional, el contexto social y las estrategias de afrontamiento no significa fragmentar la realidad, sino comprender mejor su dinámica. Si descartamos el análisis de partes en nombre de la “totalidad”, corremos el riesgo de hacer interpretaciones vagas e inoperantes, que más que esclarecer, diluyen la comprensión profunda del individuo.
Cerrando…
Estos debates me recuerdan que la apertura y la flexibilidad no significan aceptar cualquier idea sin cuestionamiento. La verdadera profundidad implica sostener la tensión entre distintos niveles de análisis sin caer en simplificaciones. Porque sin pensamiento crítico, la terapia (o cualquier sistema de pensamiento) puede volverse más una reafirmación de creencias personales que un proceso real de transformación.
Terapeutas gestálticos me perjudicaron muchísimo a nivel psicológico y emocional en un momento en que lo que necesitaba era empatía y apoyo. No los recomiendo
Aleix, me emociona Lee esto. Llevo más de una década intentando "alertar" a mí entorno de los peligros que mencionas e invitando a abordar con espíritu crítico está moda Gestaltica que vivimos en España y especialmente en Cataluña. Conoces el libro " de la secta a la Gestalt". ?